Dissapointing products

Soy de esas que me gusta ir sobre seguro a la hora de comprar productos, sobre todo aquellos que son más caros. Es por esto que leo posts, reviews, veo vídeos en youtube...en definitiva suelo recopilar opiniones de bloggeras sobre el producto que quiero. También es cierto que alguna que otra vez me dejo llevar por la dependienta o simplemente por mi instinto. 

Por estas razones son pocos los productos que tengo que me desagradan. He leído opiniones de gente que no le gusta hacer este tipo de entradas...pero ¿y por qué no? Cuando algo me funciona quiero contarlo, pero cuando algo no me gusta...también. De la misma manera que a mi me gusta saber qué les gusta y qué no a las bloggers. 

El primer producto del que me llevé una decepción fue el Primer I love stage de Essence. Este fue la primera base que tuve y la compré guiada por buenas opiniones que leía y también por el precio, porque me costó menos de 3€. Sí que lo utilicé al principio, pero en seguida lo dejé de lado porque veía que no me aportaba nada. En primer lugar por el color, ya que es un color terracota-camel que no me va. El color de mi párpado tira a rosadito y este camel me deja una tonalidad como si al aplicármelo me dejara ya una sombra. Además no noto que perdure más la sombra ni que le aporte un color especial o más bonito. Y por último ya avancé en mi colección de maquillaje y adquirí el primer de Too Faced ...y ¡ya me olvidé por completo del de Essence!

Este segundo producto es la máscara de pestañas Scandaleyes de Rimmel. Le he dado oportunidades a esta máscara pero ...¡no me hago con ella! Por una parte tiene un bupillón grande y tupidito con el que me es difícil manejarme, ya que tengo un ojito pequeño y acabo manchándome por el párpado, la aleta de la nariz...Además no sé si es la fórmula o también el aplicador, que no me peina las pestañas ni me las deja separadas ni bonitas...¡no! Me las deja apelotonadas, con un montón de producto en ellas y con un efecto que no me gusta. Para tener un efecto más o menos decente y que me guste, tras aplicarme la máscara tengo que coger un bastoncillo del oído e ir retirando el exceso de producto haciendo movimientos de zig-zag y también ir quitando los pegotitos del párpado. Por estos hechos y porque cada vez tener que arreglar el desaguisado la he dejado de utilizar.